Silencio
Madre mía
te olvidaste de aquél
tu jardín florido
que cobijó
en su esplendor
un botoncito
dormido.
Con ansias de luna
plena
en tus sábanas frescas
y albas
vibró la sangre
en tus venas.
Tu piel y huesos
fundidos
en la caricia
primera
cogieron del cielo
una estrella.
Alborotada y risueña
de fuegos y ardores
henchida
tu vientre virgen
dio vida.
Amor y placer
primitivos
en noche azul
de cupido.
Madre mía
te olvidaste de aquél
tu jardín
florido
que cobijó
en su esplendor
un botoncito
dormido.
Estrella y botón
ungidos
torrentes de amor
divino
en noche azul
de cupido.
Ardiente la primavera
en tu vientre se hizo
vida.
Madre mía
te olvidaste de aquella
savia
primera
que recorrió tus laderas
envuelta de luna
llena.
No entiendo tu olvido
extremo
No entiendo tu actual
ceguera.
Madre mía
no entiendo
tu
silencio.
Olga Chávez Gutiérrez (12/11/09)
domingo, 3 de enero de 2010
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