domingo, 3 de enero de 2010

Oda a Gabriela Mistral

Gabriela, la maestra de
figura altiva,
la de alma traslúcida,
la de palabra sublime.
Gabriela, la de todos
y ninguno,
la de nadie.
Solitaria estrella
del mundo
caminante y errante.
Gabriela, de los Andes
viviente.
Espuma clara y bravía
del Pacífico.
Gabriela, de mar a cordillera
de la tierra chilena
por esencia.
Gabriela, del mundo
por docencia.
Gabriela, la del verbo
divino,
la maestra del Elqui
florido.
Gabriela que cantó
a los niños
y a la vida.
Que cantó al amor
y al olvido.
Gabriela, la insigne
y divina
abandonada y herida.
Gabriela, la grande y dolida
que en su propio verso:
“se va de su cuerpo
gota a gota;
se va su cara en un óleo
sordo;
se van sus manos en azogue
suelto;
se van sus pies en dos tiempos
de polvo.”

Olga Chávez Gutiérrez/5 de julio 2009

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